Hoy nuevamente recordamos la fecha del Golpe de Estado y la instalación del Terrorismo de Estado en nuestro país.
En
realidad lo hacemos hoy porque es la fecha en que se disolvió al
Parlamento y se instaló desembozadamente la dictadura cívico-militar.
Pero no debemos olvidarnos, de que en realidad, ese día culminó un
proceso que venía de antes.
Proceso
que tenía entre sus objetivos cambiar profundamente la matriz
económica, productiva y social de nuestro país. Las clases dominantes se
propusieron entre sus objetivos centrales cambiar la proporción en que
se distribuía el resultado del trabajo del conjunto del pueblo uruguayo.
Dicho de otra manera cambiar la correlación en que el Producto Bruto
Interno se repartía entre ganancias de las empresas y salarios y
beneficios de los trabajadores.
No
podían lograr eso con libertades sindicales, con libertad de expresión,
libertad de manifestarse y derecho a huelga. No podían conseguir sus
objetivos con la correlación de fuerzas de la época y la cambiaron a
sangre y fuego.
Ya
los años 1968-69 nos mostraron episodios claros y concretos de cómo se
empezaba a instalar el autoritarismo en nuestro país. Dura represión a
los trabajadores que ejercían su derecho a huelga, represión que incluyó
la militarización de algunos gremios como el de la UTE o el de los
Bancarios. Aquí en Mercedes los trabajadores fueron detenidos llevados
al cuartel General Luna, allí donde hoy funciona Mercedes Terminal
Shopping y desde allí los traían presos en camiones del Ejército y a
veces a pie y los obligaban a ocupar sus lugares de trabajo.
Nos
importa muy especialmente trasmitirle esto a los más jóvenes, a las
nuevas generaciones, porque nos parece que la única garantía de no
repetición de estos hechos es entender realmente por qué pasaron.
Seguramente las causas de ese proceso autoritario que coronó el 27 de
junio de 1973 sean diversas. Pero no tenemos ninguna duda de que esto
que expresamos es la causa principal.
La
instalación del Terrorismo de Estado en nuestro país, se da en contra
del conjunto del pueblo uruguayo, de sus organizaciones sociales y en
especial de su clase obrera organizada.
Por
eso es que cada 27 de junio nos encuentra convocando juntos a quienes
trabajamos en la Comisión Memoria, Justicia y Contra la Impunidad y al
Plenario Intersindical.
Hemos
trabajado desde el lado de la memoria, con las baldosas recordando a
cada uno de los detenidos-desaparecidos de nuestro departamento, se
colocó junto con los profesores organizados una placa en el liceo Campos
en homenaje a Carlos Cabezudo. Hace poco le entregamos al MEC más de
500 firmas solicitando que se cumpla la ley que mandata señalar los
sitios donde se practicó el Terrorismo de Estado y que se señale la
vieja instalación del cuartel de Mercedes. Ahora estamos trabajando en
la construcción del “Espacio Memoria”. Lo planteamos desde el llamado a concurso como un espacio para el encuentro y la reflexión.
Porque
si bien es muy importante recordar, “porque la Impunidad es hija de la
mala memoria” también es muy importante entender las verdaderas causas
de lo que pasó en esa larga década en nuestro país.
El Terrorismo de Estado se aplicó contra el conjunto del pueblo uruguayo y sus organizaciones sociales:
Por
lo tanto, nadie tiene derecho, por más alto cargo que ocupe o por más
encumbrado dirigente que sea a adjudicarse el rol de reconciliarse con
el Terrorismo de Estado en nombre del pueblo.
Nadie tiene derecho en nombre del pueblo a plantear dar vuelta ninguna página.
Nadie
tiene derecho en nombre del pueblo a plantear como gesto de
reconciliación hacer un monumento con metal fundido de armas de los dos
bandos.
Porque
los dos únicos bandos que existieron fueron: por un lado, el conjunto del
pueblo uruguayo con la clase obrera a la cabeza defendiendo sus derechos
conquistados en largas décadas de lucha, y del otro, el Terrorismo de
Estado que culminó con una dictadura cívico-militar.
Si
quieren hacer un gesto dirigido hacia el pueblo uruguayo y sus
organizaciones lo primero que tiene que haber es un reconocimiento
explícito de la aplicación del terrorismo por parte del Estado.
Luego
de eso, si quieren fundir algunos metales, podrían por ejemplo fundir
la picana eléctrica con la que torturaron, fundir las barras desde donde
colgaban a los y las compañeras, fundir los caballetes y los tachos
donde practicaron submarino contra los militantes populares.
En este país lo que tiene que suceder es que haya de una vez por todas verdad y justicia. Nunca más Terrorismo de Estado.
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