Profesor Carlos Cabezudo: presente!

El pasado sábado 17 de octubre, compartimos una hermosa mañana de trabajo solidario en el Espacio Memoria.
 
Al cierre, recordamos especialmente al compañero detenido desaparecido Profesor Carlos Cabezudo Pérez.

A todas las personas que se acercaron a dar una mano, a cebar un mate, a manifestar su apoyo: ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!
 
A continuación, compartimos las palabras que leímos el sábado, en una ronda tejida con acordes de guitarra y anécdotas de compañeros que militaron junto a "Popeye".
 
Carlos Federico Cabezudo Pérez, nació el 27 de abril de 1948, aquí en Mercedes. Su casa natal está ubicada en el cruce de las calles Braceras (antes Buenos Aires) y Giménez, tal como lo indica la baldosa colocada en su memoria.   
Su padre: Miguel Cabezudo (recordado por sus vecinos como un hombre reservado y excelente repostero). Su madre: María Perez (recordada como conversadora y muy amigable). Los/as hermanos/as: Fernando, Omar, Olga, Miguel y Mercedes.
Carlos tenía varios apodos: Carlitos, Popeye, Marinelli.
Era un gran jugador de ajedrez; defendió desde adolescente al Círculo de Ajedrez Mercedes, jugó algunos torneos internacionales y defendió a Uruguay en el Mundial Juvenil  de Ajedrez, en Israel.
Estudió en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República y fue Profesor de Matemáticas y de Dibujo en el Instituto José María Campos.
También supo dar clases en UTU, en un curso experimental de pesca, en La Paloma, Rocha. 
Militó en el gremio estudiantil, en el gremio docente y en el Partido Comunista Revolucionario.
Sus amigos lo recuerdan como una persona tímida, con fino sentido del humor, de poco hablar, muy honesto y firme en sus convicciones. Era muy respetado y querido por colegas, compañeros/as, estudiantes y amigos/as.
Usaba lentes de armazón gruesa, antiguos a fines de los 60. Camisa blanca, saco gris, corbata no, porque en última instancia ese adorno no era otra cosa que un trapo molesto. Nunca un pantalón vaquero, siempre de vestir. Nunca un “champión” o una alpargata, ni siquiera un mocasín; siempre zapatos negros con cordón. En suma: una figura de una austera elegancia.
Por la calle Colón, hoy semi-peatonal funcionaban los Preparatorios de lo que se llamaba el “Plan Viejo”, y pegado estaba el Círculo de Ajedréz. Carlitos frecuentaba esa zona. A veces cruzaba al Café Sorocabana, que quedaba justo ahí en frente. Allí, Cazzola le decía “el Profe loco”, y con varios contertulios conversaban de temas muy diversos.
Era un Profesor comprometido con la realidad de su país. De la documentación recogida por la Secretaría de Derechos Humanos, surge la acusación de que en sus clases hacía referencia a los problemas nacionales y sus posibles soluciones.
Tuvo una hija: Virginia.
La dictadura cívico-militar que asoló nuestro país lo obligó a exiliarse en Argentina.
Allí fue detenido, el 30 de diciembre de 1977, a la 1 de la madrugada. Por entonces, tenía sólo 29 años y estaba parando en el apartamento de un matrimonio uruguayo, en Buenos Aires.
Según cuentan los vecinos de la zona, un grupo de agentes vestidos de civil y armados, que se trasladaban en cuatro autos Ford Falcon, ingresaron al apartamento y sacaron a golpes a las tres personas que vivían allí. El domicilio fue saqueado y cerrado, dejando adentro una “ratonera”. Un vecino que quiso mirar fue amenazado y obligado a volver a su casa. El secuestro se le atribuye a la Policía Argentina, Coordinación General.
Estuvo preso en los centros clandestinos de detención “Pozo de Quilmes” y “Pozo de Banfield”.
Probablemente, luego fue traído al Uruguay. Hay testimonios que indican que estuvo preso y fue torturado en el centro clandestino de detención de “La Tablada”.
La verdad, no se sabe. La justicia, no ha llegado.
Profesor Carlos Cabezudo, presente.
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El salón está vacío y silencioso.
El tablero espera ansioso la jugada.
Falta su mirada, detrás de los lentes gruesos; 
su largo caminar, de zapatos negros y pantalón de vestir.
El Profe no está más.
 
El salón está lleno de preguntas: ¿dónde están?, ¿dónde están?
Caminamos, miles y juntos, en marchas por la justicia.
Nuestras miradas se encuentran en busca de la verdad;
nuestras manos se cruzan en mañanas de piedra sobre piedra.
La memoria, hace jaque mate al olvido. 
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La historia de la medida de la memoria*
Cuentan los más viejos, que siempre cuentan algo, porque hacen esa tarea de enseñar, como profesores. Cuentan, pues, los más viejos, que los dioses que nacieron el mundo, repartieron la memoria entre los hombres y las mujeres que caminaban la tierra. Buena es la memoria, dijeron, porque ella es el espejo que ayuda a entender el presente y que promete el futuro.
Con una tacita, hicieron los dioses la medida para repartir la memoria y fueron pasando todos los hombres y las mujeres a recibir su medida de memoria. Pero resulta que unos hombres y mujeres eran más grandes que otros y entonces la medida de memoria no se veía igual en todos. Los más pequeños la brillaban más plena y en los más grandes se opacaba. Por eso dicen que la memoria es más grande y fuerte en los pequeños y es más difícil de encontrar en los poderosos. Por eso dicen también que los hombres y mujeres se van haciendo pequeños cuando envejecen. Dicen que es para que más brille la memoria. Dicen que ese es el trabajo de los más viejos, esos que son como los profesores, ese es su trabajo: hacer grande la memoria. 
Y dicen también que la dignidad no es más que la memoria que vive.
*Adaptación de cuento publicado en el libro "El Viejo Antonio", con historias del Sub-Comandante Marcos, en apoyo a las comunidades Zapatistas de Chiapas, México.
 
 

¡¡¡ACORDATE!!!

Este SÁBADO 17 de OCTUBRE de 8 a 12hs.,
JORNADA DE TRABAJO SOLIDARIO
en el
ESPACIO MEMORIA.

Hay tareas para todos los gustos y posibilidades: construir, alcanzar materiales y herramientas, cebar mate, sacar fotos, conversar.
 
Al cierre, a las 12.30 hs. RECORDAMOS muy especialmente al COMPAÑERO PROFESOR CARLOS CABEZUDO, DETENIDO-DESAPARECIDO.
 
Toda la mañana, un rato o un ratito: ¡todo suma!
Cada piedra colocada es un homenaje.
 
Al Espacio Memoria LO CONSTRUIMOS ENTRE TODOS Y TODAS.
 
 

Este SÁBADO 17 de OCTUBRE de 2015

Jornada de trabajo solidario en el Espacio Memoria que estamos construyendo en la rambla de Mercedes. 

En esta ocasión, trabajamos de 8 a 12 horas, recordando especialmente al compañero detenido desaparecido Profesor Carlos Cabezudo. 

A las 12.30 horas, luego del trabajo compartido, hacemos un pequeño acto recordando al compañero. 

Contamos con tu solidaridad. 

Toda la mañana, un rato o un ratito: todo suma! Cada piedra colocada es un homenaje.

Corré la voz!

Ojalá el sábado seamos muchos y muchas quienes nos encontremos en esta actividad solidaria. 


Lo que se viene...

A partir de la linda experiencia del sábado pasado, el SÁBADO 17 de OCTUBRE, hacemos otra JORNADA de TRABAJO SOLIDARIO en el Memorial. Esta vez, recordando especialmente al compañero CARLOS CABEZUDO.

Y hay más: el SÁBADO 31 de OCTUBRE, otra JORNADA de TRABAJO SOLIDARIO en el Memorial, recordando al compañero RICARDO BLANCO. 

El cronograma se repite: de 8 a 12 trabajo y a las 12.30 un pequeño acto en memoria de los compañeros.

Desde ya, quedan invitados/as, porque al ESPACIO MEMORIA lo construimos entre todos y todas. 

La historia de las piedras y los sueños (adaptación)

Compartimos la adaptación de "LA HISTORIA DE LAS PIEDRAS Y LOS SUEÑOS" que leímos el sábado pasado en la jornada de trabajo solidario. 

Porque la construcción del memorial, tiene todo que ver con las piedras y los sueños....


Cuentan los más mayores de nuestros abuelos que los dioses primeros, los que nacieron el mundo con su palabra, eran muy descuidados y donde quiera dejaban tiradas sus cosas. Cuentan que en los primeros días y noches del mundo, los hombres y mujeres originarios de estas tierras, los hechos de maíz y palabra, donde quiera se tropezaban con las cosas que los dioses dejaban en su tiradero. Cuentan que en veces se topaban con una chancleta, o con un azadón, y entonces, preguntaban de quién es esto que está tirado en medio del camino (de por sí así hacen las mamás ¿no? Que dicen: “¿de quién es esta chancleta?”, ¿no?, “¿quién dejó tirado el calzón?”). Y rápido se veía que no era de nadie, de nadie de los hombres y mujeres de maíz porque apenas eran unos pocos. Entonces, como no era de nadie la chancleta perdida, pues rápido sabían que seguro algún dios andaba como rengo, porque le faltaba una chancleta. Y sabían quién la perdió porque el dios, en lugar de buscarla, se ponía a cantar esa que dice “y la chancleta que yo tiro no la vuelvo a levantar”. Pero no sólo se les caían las chancletas a los dioses, también se le caían los sueños. Y es que los dioses primeros, los que nacieron el mundo, dormían en hamaca. Porque resulta que eran muy caminadores estos primeros dioses hacedores del mundo, y siempre llevaban una su morral, y ahí llevaban su tortilla y su hamaca. Y ahí nomás donde les daba hambre, se paraban y se sentaban a orillas de un arroyo y comían las tortillas y también, cuando les entraban las ganas de dormir, nomás buscaban dos árboles y tendían su hamaca, y se echaban a dormir sin pena y se ponían a soñar cosas buenas. Pero luego no se acomodaban bien, y estaban a la vuelta y vuelta, como si no hallaran de qué lado dormir. Y entonces se les caían los sueños. Y como la hamaca era tejida, pues el sueño se iba hasta el suelo. Y cuando el dios se despertaba -que no era rápido, porque mucho dormían estos dioses primeros-, nomás recogía su hamaca, la metía en su morral y ¡anda vete!, a seguir caminando. Bueno, pues esos sueños no eran todos iguales, sino que unos eran sueños de colores diferentes, y otros eran de distintas formas. Y otros se rompían al caer y quedaban partidos en muchas partes. Y entonces la tierra -que sea el mundo- se llenaba de colores y formas diferentes. Y los primeros hombres y mujeres llamaron piedras a esos sueños de formas y colores distintos. Y con piedras -o sea con sueños- adornaban sus casitas y era bien alegre, porque en la noche parecían como lucecitas esos sueños de los dioses que se llamaban piedras. Y había piedrotas, piedras y piedrecitas. Y los niños agarraban las piedrecitas y jugaban con ellas a la payana o al puente. Y hacían caminitos que brillaban en la noche. Y esos sueños que eran piedras también cantaban, y sus canciones cantaban cosas buenas y decían vida, alegría, paz. Y había unas piedrecitas, las más pequeñitas, que amor no decían, sino que lo murmuraban, como si una canción cantaran al oído moreno de la tierra. Y entonces, llegaron los poderosos -que sea los ricos y sus malos gobiernos- a hacerle mucho mal a los hombres y mujeres del maíz, a los originarios de estas tierras. Y entonces, esta gente buena, para que los ricos no se robaran los sueños hechos piedras de los dioses, los agarraron y los tiraron para arriba con mucha fuerza para que llegaran bien lejos. Y las piedras pegaban en el techo del mundo -que sea en el cielo- y lo dejaban agujereado. Por eso es que en la noche, cuando el sol se va a dormir y se tapa con la cobija de la noche, en nuestras tierras se ven las estrellas, porque bien llena de agujeros quedó la noche -que sea, la cobija con la que se tapa el sol para dormirse. Pero no todos los sueños caídos de los dioses primeros, los sueños hechos piedra, se tiraron para arriba para esconderlos en el cielo, muchos quedaron en el suelo, tirados por donde quiera. Y pasó mucho tiempo y el polvo los fue cubriendo y quedaron como grises, como negros, como rojizos, pero sin brillo por el polvo. Y los hombres y mujeres de maíz, los originarios de estos suelos, les contaron esta historia a sus hijos e hijas. Y estos y estas a sus hijos e hijas, y así por muchos calendarios. Por eso es que nuestra gente, nuestro pueblo, camina mirando al suelo. Es que van buscando esos sueños hechos piedras. Y adivinan si tienen el brillo escondido. Y reconocen si es un sueño roto. Y entonces recogen la piedrecita y siguen buscando más pedacitos de ese sueño incompleto, como si fueran armando un rompecabezas con pedacitos regados por los caminos del mundo. Y ya que lo completan el sueño que estaba roto e incompleto, escuchan su palabra hecha canto y se alegra su corazón. Por eso es también que nuestra gente sabe escuchar a otros y a otras. Como saben escuchar a las piedras, entonces bien que saben escuchar los silencios, que no son sino palabras que se rompen antes de salir, y hay que saberlos armar en el corazón colectivo que somos los pueblos.

El cuento original forma parte del libro "Los otros cuentos 2 - Relatos del Sub-Comandante Marcos", editado por la Red de Solidaridad con Chiapas www.redchiapas.org 

3 de octubre de 2015 - JORNADA de TRABAJO SOLIDARIO en recuerdo del compañero PAITTA

El pasado sábado, nos encontramos en el Espacio Memoria, para trabajar de forma solidaria y recordar a uno de los compañeros detenidos desaparecidos de Soriano: Paitta.

La Comisión Memoria, Justicia y contra la impunidad de Soriano, en conjunto con la Brigada Solidario Agustín Pedroza del SUNCA, organizamos esta hermosa mañana de trabajo, que permitió avanzar con la obra del memorial y recordar de forma activa a este compañero que fue trabajador de la construcción y militante de dicho sindicato.

Mujeres y varones, de todas las edades, con diversas experiencias y habilidades, y con muchísima buena onda, compartimos la tarea y, al final, en una ronda, recordamos al compañero con una síntesis de lo que fue su vida, cerrando con una adaptación del cuento "lA HISTORIA DE LAS PIEDRAS Y LOS SUEÑOS" del libro LOS OTROS CUENTOS 2, editado por la Red de Solidaridad con Chiapas, con las comunidades Zapatistas.

Esta fue la primera jornada; habrá muchas más, para que todas las personas que quieran arrimarse, puedan dejar la marca del trabajo de sus manos en el Espacio Memoria.

Al memorial lo construimos entre todos y todas; vos también podés dejar la huella de tu solidaridad.
Algunas fotos ilustran la jornada.