Proyecto Memoria

El Proyecto Memoria se propone colocar marcas en los lugares donde vivieron, trabajaron o desarrollaron su actividad militante, los/as compañeros/as detenidos/as desaparecidos/as de Soriano. 

En una primera instancia, se colocaron Baldosas por la Memoria. Las baldosas fueron diseñadas por el plástico mercedario Maestro Manuel Gramajo, permanente colaborador de la Comisión. Cada cuadrito de color, representa a un/a compañero/a detenido/a desaparecido/a de Soriano. Las líneas que continúan más allá de los cuadritos, dan la idea de que son muchos/as más los/as compañeros/as detenidos/as desaparecidos/as. De hecho, poco después de haber diseñado las baldosas, se supo que en Soriano, no eran 9 sino 10 los/as compañeros/as detenidos/as desaparecidos/as en el marco de la dictadura cívico-militar. El diseño de las baldosas, se constituyó en la imagen de la Comisión Memoria, Justicia  y contra la impunidad de Soriano. 

 


Las baldosas nos invitan a recordar la lucha de estos/as compañeros/as. Es como recuperar las huellas que dejaron y marcar su presencia para siempre...

Además de las baldosas por la memoria, la ciudad ya cuenta con otras marcas y la idea es continuar por esta senda. 

En 2014, se instaló una placa homenaje al compañero detenido desaparecido Prof. Cabezudo, en el Liceo Nº1 de Mercedes, Instituto Campos, donde dictó clases.


En 2015, se recolectaron firmas para colocar una placa en Mercedes Terminal Shopping, indicando que allí funcionó el Cuartel General Luna, centro de detenciones y torturas durante el período del terrorismo de Estado, antes y durante la última dictadura cívico-militar. 

Plano de ubicación de las baldosas 
y otras marcas de la memoria:


  1. Baldosa por la Memoria de Nebio Melo Cuesta - Ubicada en la que fuera su casa materna, calle Sánchez, casi Galarza
  2. Baldosa por la Memoria de Omar Paitta - Ubicada en el monumento a los trabajadores de la construcción, calle Luis Alberto de Herrera y Ferreira Aldunate
  3. Baldosa por la Memoria de Carlos Cabezudo Pérez - calle Braceras esquina Giménez
  4. Baldosa por la Memoria de Winston Mazzuchi Frantchez - Ubicada en la sede del Plenario Inter-sindical de Soriano - calle Giménez, casi Cassinoni
  5. Baldosa por la Memoria de Alfredo “Tito” Bosco - Ubicada en la que fuera su casa materna - calle 28 de Febrero, casi De Castro y Careaga
  6. Baldosa por la Memoria de Elba Gándara - Ubicada en el Hogar de Niños/as Chopitea - calle 19 de abril, entre Rodó y Sánchez
  7. Baldosa por la Memoria de Ricardo Blanco Valiente - Ubicada en la que fuera su casa - calle Herrero y Espinosa, entre Sánchez y Ferrería
  8. Placa homenaje al Profesor Carlos Cabezudo Pérez - Ubicada en el Liceo Nº1 “José Ma. Campos” - calle Zapicán, casi Paysandú
  • La Baldosa por la Memoria de Luján Alcides Sosa Valdez, se encuentra ubicada en la localidad de José Enrique Rodó, Ruta 2, kilómetro 208-210  


BALDOSA POR LA MEMORIA DEL "PETISO" NEBIO
(con extractos de entrevistas  publicadas en Diario Acción, el 21 de noviembre de 2010)

Nebio Ariel Melo Cuesta, nació en Mercedes, el 4 de diciembre de 1943, hijo único de Luisa Cuesta y René Melo. 

Cursó primaria en la Escuela 4 de Mercedes y liceo en el Instituto Campos, cursando luego Escuela de Lechería en Nueva Helvecia. 

Luisa, su madre, relata que: "desde niño se vinculó a los más necesitados, haciendo grandes amigos entre los muchachos de los barrios más pobres". En especial de su querido Palo Alto y del club de sus amores Con Los Mismos Colores, en el cual llegó a jugar alternando algunos partidos en primera. 

Luego se trasladó a Montevideo donde realizó preparatorias en el Instituto Vázquez Acevedo y cursó Facultad de Humanidades y Ciencias, mientras trabajaba en la librería "Ruben". 

Se casó con Alicia Román, con quien tuvo una hija a la que llamaron Soledad. Mantuvo siempre un profundo compromiso social con un claro sentido de pertenencia a los de abajo, a los laburantes del pueblo sencillo. 

Militante y dirigente político, incansable luchador en procura de la más amplia unidad del pueblo por intentar detener el avance del autoritarismo fascista que más tarde se concreta en el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973. 

Perseguido por el terrorismo de estado, en 1975 se exilió con su familia en Buenos Aires.
Desde allí, junto a su compañero y amigo de todas las horas Winston "Pelado" Mazzuchi, contribuyó a la creación de la Unión Artiguista de Liberación y continuó editando los periódicos Causa del Pueblo, primero, y Prensa Libre, después, que llegaban a Uruguay de forma clandestina. 

El 8 de febrero de 1976 hubo una reunión en el bar "Tala" de la Estación Belgrano C (Capital Federal) en la que participaron Nebio, Winston y un tercer militante del PCR de iniciales RG, quien minutos antes de las 21 horas, terminada la reunión, se retiró. Nebio y Winston quedaron unos minutos más para evitar salir juntos. La esposa de Nebio se presentó en el bar a las 23 horas, preguntando por su esposo. Por la señora que vendía periódicos en el kiosco ubicado dentro del bar, se enteró que: a las 21 horas un destacamento integrado por la Policía Federal y el Ejército, entró pidiendo documentos y revisando a los parroquianos y sus pertenencias. En el allanamiento se habían llevado a dos hombres de unos 30 años. Por la descripción física y las vestimentas, a Alicia no le cupo dudas de que se trataba de Nebio y Winston. Por el tercer militante se sabe que el portafolio de Winston contenía ejemplares de un comunicado del Comité de Apoyo a la Prensa Libre del Uruguay. 

El 9 de febrero del mismo año, a las 12 horas, alrededor de 15 sujetos armados que se movilizaban en automóviles Ford Falcon, irrumpieron en la vivienda e que hacía dos meses atrás había vivido Nebio con su esposa y su pequeña hija, sito en Ampere 883, Buenos Aires identificándose ante una vecina como personal de la Coordinación Federal, exhibiendo sus respectivas credenciales. Radicada la denuncia por los nuevos moradores de la finca de la seccional correspondiente, el comisario negó conocer el procedimiento y luego de hacer una averiguación oficiosa, es dijo que contra ellos no había nada y que tuvieron suerte de no encontrarse allí en ese momento y les agregó: debe tratarse de un grupo de uruguayos que andan jodiendo. En el año 2003, la Comisión para la paz consideró confirmadas parcialmente las denuncias sobre desaparición forzada. Se afirma en el informe que no existen indicios sobre su destino posterior, aun cuando según algunas versiones no confirmadas totalmente habrían estado detenidos en Campo de Mayo. 

Su madre, Luisa Cuesta, es un símbolo de lucha, una mujer grande, que reclama justicia y verdad, en nombre de todos los hijos detenidos-desaparecidos por el terrorismo de Estado.

Su hija, Soledad, tiene dos pequeños: uno de ellos lleva el nombre de nuestro compañero, Nebio. 

Cuando el "Petiso" desapareció, Soledad no había llegado a cumplir 5 años. "Lo recuerdo, no tengo una imágen nítida ... mi madre y mi abuela no pensaban que pudiera pasar eso en Argentina ... una mentira piados, como papá era técnico en lechería, me decían que había ido a La Pampa a trabajar, que tenia un proyecto largo y que iba a volver no sabía bien cuándo. Ellas no tenían idea que sería una desaparición definitiva, pensaban que podía estar preso en algún lado, ahí empezaron la investigación. Mamá era joven y abuela viajó desde Mercedes a Buenos Aires de manera clandestina para averiguar por papá ... Cuando veía un camión del Ejército ... entraba en pánico, me prendía de las polleras de mi madre".

Sobre el exilio, recuerda que: "primero salió mamá rumbo a Buenos Aires, no sé si con documento falso y fisonomía cambiada, mees después papá, que vivía en la clandestinidad acá y a mi también me sacaron de manera clandestina. No me acuerdo para nada, viajé con la cédula de identidad de mi primo hermano, nueve meses mejoro que yo, rubiecito como yo, me habían cortado el pelito bien corto como si fuera un varoncito, me cruzó mi tía como si fuera mamá y los abuelos que en realidad son sobrinos de mi abuela Vida Charruti y Hugo Patiño, pero para mi fueron como mis abuelos. Me habían hecho como un juego de que por unas horas iba a ser mi primo y que no podía decir quién era yo, fue la manera de sacarme. Con la cabeza de hoy, parece bastante fuerte todo eso ... siempre fui muy protegida pero había circunstancias que no se podían tapar".  

Soledad está convencida de que la memoria es fundamenta para asegurar el nunca más; "estos son crímenes de lesa humanidad, violaciones a los derechos humanos ... esto no puede volver a suceder, por más que haya campos ideológicamente diferentes, nadie puede abrogarse el derecho de quitar la vida o violar los derechos humanos. Lo que querían quienes desaparecieron, como mi padre, es un mundo más justo, mejor, y ello no le puede dar el derecho a quienes pensaran diferente de deshacer familias, de hacerlos desaparecer  de esta manera tan atroz y seguramente matarlos como los mataron."

Desearía que "aparecieran los restos o se supiera la verdad de lo ocurrido a mi padre. Abuela nunca va a decir esto porque ella se dedicó tanto a la lucha por los derechos humanos que para ella esta es una causa de todos, que el pueblo no va a tener futuro si no  conoce su pasado, que todos lucharon por un mundo mejor. Pero aún así, tanto para mi abuela como para mi, sería importante saber -aunque resultaría super doloroso- o que pasó con papá. Se que las posibilidades son mínimas, hay pocos testigos y los que saben algo no hablan, quuiás antes de morirse alguno siente remordimiento de conciencia y confiesa."

Soledad considera "increíble"  que en Uruguay "aún no se haya juzgado a todos los responsables, que algunos estén todavía ocupando puestos importantes en el ejército o en las otras ramas. Obviamente que me daría satisfacción saber que están presos, como algunos de los responsables, pero a esta altura no sé si es eso lo más importante o el hecho de poder conocer lo que verdaderamente ocurrió con el paradero de muchos. La sociedad uruguaya ha demorado muchísimo en tratar de poner luz sobre este tema ... la sociedad se muestra como muy conservadora, pro qué es así, no se. Ello debe tener que ver con el miedo de hablar ... y seguramente tiene que ver con que no les tocó vivirlo directamente. Pero alguien debe haber conocido a un vecino, amigo, allegado que sufriera la dictadura. "

El 20 de noviembre de 2010, año en que el "Petiso" hubiera cumplido 67 años de edad, desde la Comisión Memoria, Justicia y Contra la Impunidad, honramos su memoria, colocando una baldosa por su memoria, en la que fuera su casa, en calle Florencio Sánchez 1288, entre Galarza y la cañada. Su mamá, Luisa Cuesta, su hija Soledad, su yerno y sus nietos, estuvieron presentes en el acto.  

BALDOSA POR LA MEMORIA DE RICARDO BLANCO 







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