Ayer, sábado 19 de noviembre, a la tardecita, eran muchas las manos que se enredaron con la tierra, para plantar los diez árboles Ingá en el Espacio Memoria.
Eran muchas las manos: había familiares, de los de sangre y de los otros, los que nos hermanamos en la vida; todas las generaciones estaban representadas, había niñas, jóvenes, adultos y un poco más también; había gente que ya conocía el Espacio y otra que se acercaba por primera vez.
Eran muchas las manos para plantar un árbol por cada uno de los diez detenidos-desaparecidos de nuestro departamento, para arrimarles tierra, para regarlos, para compartir un mate, para ayudar con otras tareas, para saludarnos con afecto y sentirnos cerca.
Eran muchas las manos y ese es el mejor homenaje.
Eran muchas las manos y ojalá sean cada vez más, para seguir trabajando por verdad, justicia y contra la impunidad.
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